Las frías alturas del volcán Chimborazo, el más alto de los Andes del Norte, abrazó los sueños de Baltazar Ushca, el último hielero, que hoy le dice adiós al Ecuador y al mundo.
A sus 80 años falleció después de que uno de sus toros le provocará heridas graves que lo llevaron al hospital donde este 11 de octubre se confirmó su deceso.
Baltazar Ushca, el último hielero del Chimborazo, ha fallecido, pero su legado perdurará. Durante décadas, este hombre extraordinario escaló las cumbres del imponente volcán para recolectar el hielo glaciar, convirtiéndose en un símbolo de la conexión entre el ser humano y la naturaleza. Su dedicación y perseverancia nos inspiran a preservar y honrar las tradiciones ancestrales que forman parte de nuestra identidad.
Se apagó su luz, pero su partida deja un eco profundo en los corazones de quienes conocieron su arduo trabajo, en la extracción de bloques de hielo de las gélidas cumbres, en el que no solo aprendió a amar a la naturaleza, sino también impulso su comercio.
Acciones que lo hicieron merecedor de la condecoración Vicente Rocafuerte al Mérito Laboral por parte de la Asamblea Nacional en 2018. También recibió el doctorado Honoris Causa por parte del Instituto Tecnológico Latinoamericano de Liderazgo de México.
En 2012 fue protagonista del documental “El Último Hielero”, dirigida por el estadounidense Sandy Patch bajo la producción del ecuatoriano Rodrigo Donoso. Su estreno fue en el Festival de Cine de Tribeca en Nueva York.
Ushca trabajó como guía turístico del museo de la ciudad de Guano en Riobamba, que pertenece al municipio, lo que lo convirtió en embajador de su comunidad, compartiendo su saber con las nuevas generaciones.
Guardián de tradiciones, que disfrutaba ese vaivén con la naturaleza, enfrentando al frío y haciendo de este su herencia cultural. Su rostro reflejaba la historia de su pueblo, marcada por el esfuerzo y la resiliencia.
Su ausencia deja un gran vacío, pero también una lección: la importancia de valorar nuestras raíces y la conexión con la tierra.
Baltazar Ushca ha partido, pero su espíritu perdurará en cada rincón del Chimborazo.